
En su laboratorio se avanza ya en la creación de un chaleco realizado
con un material capaz de de generar electricidad ya sea por el calor del cuerpo
humano o mediante el movimiento del mismo. La idea sería «recolección de
energía cuando haces algo, y usarla cuando ya tienes suficiente», asegura el
profesor Beepy.
Esta prenda podría además recabar, mediante sensores especiales, diversa
información sobre la persona que la viste y al mismo tiemporealizar
exámenes periódicos sobre,
por ejemplo, su presión sanguínea y otros síntomas. El resultado podría
transmitirse vía inalámbrica a su doctor de cabecera o al hospital.
El principal reto de los científicos es conseguir que la ropa responda al movimiento del
cuerpo, porque «la ropa está diseñada para ser maleable y no resistirse al
movimiento, y para obtener energía eléctrica hay que moverse», dice Beepy,
quien reconoce que «sería mejor poner esto en tu zapato o calcetín, para aprovechar la fuerza que uno hace cuando camina».
Aparte de este tipo de tejidos, otra de las
posibilidades sobre la que se están realizando investigaciones es la de generar
electricidad mediante el fluido
de la sangre o el
movimiento de algunos órganos internos del cuerpo humano.
Es algo que ya se hace, por ejemplo, aprovechando
los latidos del corazón para
alimentar de energía a los marcapasos desarrollados por el cardiólogo Paul
Roberts, del Hospital Universitario de Southampton.
Las baterías de un marcapasos deben ser sustituidas
cada siete años mediante cirugía, así que un marcapasos cargado con el latido
del corazón de su dueño podría evitar los daños asociados a una cirugía de
corazón. Pero con el sistema Roberts se puede producir el 17% de la energía que necesita normalmente un marcapasos.
Según Alice Daniela, de la Universidad de Cranfield,
una vez ubicado el marcapasos en el corazón del paciente, se coloca un globo en
dos de las cavidades del órgano, para que cuando se contraigan aprieten el
globo moviendo un imán a través de una bovina, y de este modo generando
energía.
Paul Roberts admite que parece contradictorio que
alguien con problemas de corazón use precisamente este órgano para cargar su
aparato, y afirma que «la cantidad de energía que estamos sacando del corazón
es menos de un 1%, así que incluso en alguien con un problema significativo en
el corazón el porcentaje es tan pequeño que no pensamos que tenga ningún efecto apreciable en sus funciones».
Otra de las aplicaciones en las que se está
trabajando son unos soportes de rodilla para que, en este caso los soldados, puedan
generar energía cuando corren o marchan. Es parte de la investigación que se
está realizando en la
Universidad de Cranfield, en Inglaterra. Según Alice Daniels,
los científicos también están usando aparatos
piezoeléctricos para
generar energía mediante el movimiento de las mochilas que van a la espalda de
los soldados mientras corren. «La idea es la de disponer de un sistema autónomo
por lo que no tienes que pagar para cambiar baterías», dice Daniela.
Fuente:
ABC
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